El habitante del ático

Tiempo de lectura estimado: 2 minutos
Silueta de un hombre que sostiene una especie de linterna en la mano dentro de un ático muy oscuro, lleno de trastos sucios y desordenados
Imagen libre de derechos tomada de Pxfuel

Esteban se detuvo a mitad de las escaleras. El pulso le palpitaba en la garganta como un potro salvaje. Otro aullido sobre su cabeza. Esa risa macabra. Titubeó una fracción de segundos. ¿De verdad quería confrontar al habitante del ático? El potente aroma a podredumbre se le filtró por la nariz. El recuerdo de su último encontronazo le revolvió las tripas. El regusto a bilis le alcanzó las papilas; la rabia se le disparó. El estruendo fue el broche de oro que necesitó para decidirse.

La puerta del ático chirrió al abrirse. Esteban entró. Aferró la linterna. Pese a la fuerza con la que apretó el puño El haz de luz temblaba tanto que se perdió en la densa oscuridad. El cristal de la ventana estalló. Un viento gélido entró en tromba y levantó la capa de polvo asentada desde la última vez que subió. La figura que le dio la bienvenida despertó los miedos infantiles que creyó sepultados en lo más profundo de su psique. La luz se le resbaló de la mano… titiló un par de veces y la oscuridad se impuso. La carcajada siniestra rebotó contra las paredes. Esteban quiso correr; el cuerpo no le respondió. El reproche por su cobardía ahogó su mente… Se sintió perdido. La madera bajo sus pies se hundió…


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Comentarios

2 respuestas a «El habitante del ático»

  1. Avatar de JascNet

    ¿Quién será ese habitante tan tenebroso?
    ¿La criatura que todos tenemos en mente y que nos aterroriza, o es su suegri, que duerme allí, y a quién le lleva la cenita?
    jajajaja
    ¡¡Ay, los terrores que hinchan nuestra imaginación!!
    Muy buen micro, Lehna. Transmite miedete y te deja esperando por ver si el chavea se salva o se convierte en la cena de «la criatura».
    jejeje
    Bezote gordo.

    1. Avatar de Lehna Valduciel

      ¡Hola, Jose! gracias por pasarte por aquí. Me alegra si te gustó el micro. Mira, ya tu sabes que en la imaginación todo es posible y capaz el monstrete termina siendo la vecina cotilla de la casa de al lado, que nunca faltan. Jajajaja. Besote gordote.

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