Etiqueta: Caza

  • La macabra danza de la muerte

    Castillo en ruinas sobre la cima de una montaña. alrededor vuelan murciélagos y en las nubes se vislumbra un rostro feminino
    Imagen libre de derechos

    Dedicatoria

    A ti, que me lees en silencio…


    No sé cuánto tiempo tendré que permanecer aquí a la intemperie esperando a que decidas dar la cara. No importa en realidad. Estoy lista para enviarte con tu creador al infierno de los seres sin alma. Sé que te crees invencible. Te tengo malas noticias, Jason, porque no hay potestad en este mundo que te libre de convertirte en polvo cuando te alcance mi daga.

    Creíste que escondiéndote entre estas ruinas me harías renunciar a darte caza. Eres demasiado arrogante. No me conoces en absoluto. No me asusta la niebla ni el rugir del viento. No me ahuyenta el hedor de los muertos ni sus huesos asomándose entre las piedras; no me marcharé hasta que cumpla mi propósito.

    Te haré pagar por cada vida que has arrebatado. Ya no me interesa la justicia: quiero venganza. Por eso tu muerte será lenta y dolorosa. Y la disfrutaré sin un ápice de remordimiento porque los seres como tú no merecen compasión. Tú sólo mereces danzar entre las llamas del infierno.

    Te crees más inteligente, lo sé. Pese a ello, te demostraré que subestimarme será tu peor equivocación.

    No te subestimo, no lo hagas tú. Crees que no he notado tu presencia. Cuando te percates de la realidad será demasiado tarde para ti. A pesar de tus años como cazadora, todavía no comprendes a mi especie. Esa será tu perdición.

    Avanza; un poco más, allí… Sí, percibo el aroma de tu miedo; es tan excitante. Tus pensamientos sólo estimulan mi deseo.

    No he conocido a ninguna otra cazadora como tú y eso es una motivación adicional que me impulsa a cazarte. Me complace ver la agilidad de tu cuerpo; la concentración de tu mirada y el delicioso fluir de tu sangre por cada una de las venas que irrigan tu cuello, esbelto y delicado. Un manjar apetitoso; tanto, que se me hace agua la boca al imaginar el tibio sabor que tendrás cuando te clave los colmillos; cuando el feroz latido de tu corazón se apague mientras me sacio.
    Porque lo haré, querida Stephanie. No importa cuanto te esfuerces ni cuánto ocultes tu miedo tras esa coraza de valor. Nada me impedirá poseerte. Conocerás entre mis brazos la macabra danza de la muerte.


    Agradecimientos

    1. A Daniel Turambar por su taller de escritura en Twitch

    Nota: este texto constaba de 350 palabras. Tras las correcciones ha pasado a constar de 370. El requisito principal era utilizar narrador en segunda persona.