
Echó a andar a toda prisa al ver aquel rayo atravesando el cielo oscuro y turbulento, seguido del trueno que presagiaba el inicio de la tormenta.
Sintió las primeras gotas caer sobre su rostro justo cuando subía los escalones rumbo a la biblioteca. Unirse al club de lectura fue la mejor decisión que pudo haber tomado en su vida.
Cogió aquel libro entre sus manos y lo acarició con devoción. Se ajustó las gafas, se acomodó en el asiento y aclarándose la voz, se preparó para volver a viajar al mundo de fantasías que le esperaba entre aquellas gastadas páginas.
Esta historia fue escrita para participar en el ‘Escribir Jugando’ propuesto por Lidia Castro en su blog.
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