DEJAVÚ

Tiempo de lectura estimado: 4 minutos
Fotografía de un precipicio junto al océano
Imagen libre de derechos tomada de pixabay.com

La observaba, sí. La palidez de su rostro me ofrecía una satisfacción inusitada. Verla temblar de terror era un placer que disfrutaba sin premura. Echó a correr y sentí el vibrante llamado de la cacería. Le di ventaja, total, daba igual hacia donde quisiera huir, podía darle alcance en un parpadeo, fundiéndome con el poder primigenio de la noche.

Sus jadeos me incitaban a avanzar con sigilo, a la expectativa de su primer alarido; ese que comenzaba a formarse en el fondo de sus entrañas, subiendo, despacio, hasta alojarse como un nudo asfixiante en su garganta. La empujé un poco más, enviando sonidos e imágenes a esa mente tan dulce y prolija. Ver sus ojos desorbitados por el pánico me deleitaron de una forma desconocida para mí.

La luna brillaba en lo alto iluminando la oscuridad del acantilado con una hermosura espectral sobre aquellas rocas donde mi viejo amigo, el mar, me daba la bienvenida. La empujé un poco más, hasta tenerla justo donde quería. La vi detenerse en seco, dubitativa ante aquel espectáculo aterrador de observarse a sí misma sin salida, de pie al borde del acantilado. Invadí su mente sin contemplaciones, provocándola, incitándola a dar el paso definitivo hacia el vacío y saboreé su indecisión.

Ese último atisbo de valor que vislumbré entre sus atormentados pensamientos era inadmisible, así que me materialicé frente a ella, reptando con lentitud en forma de niebla, espesa, fétida y pegajosa. La vi tragar grueso, estremecida ante la sensación de mi presencia sobre su piel y sus lágrimas fueron el mejor obsequio que cualquier mortal pudiera haberme concedido antes de apoderarme de su alma.

Seguí reptando sobre su piel, ascendiendo poco a poco. El aroma de su miedo me resultaba un bálsamo y abría mi apetito insaciable. La escuché gritar como un animal herido y supe que sería un manjar como pocos. Me filtré entre las células de su piel y disfruté cada estremecimiento, cada intento de su mente por combatirme una vez fue consciente del destino que le aguardaba. Alcancé su corazón y me envolví a su alrededor, apretando con paciencia y dedicación hasta exprimir toda su fuerza vital.

Que no se rindiese fue la guinda del pastel. No hay nada más apetecible que la resistencia durante los últimos segundos de existencia. Abandoné aquella cáscara marchita y tomé forma humana. Había un indescriptible deleite en observar cómo los cuerpos humanos se consumían una vez te apoderabas de su fuerza vital y su alma.

Sonreí con regocijo al percibir el aroma dulzón de la muerte, mientras los restos de mi reciente banquete se esparcían de la mano del viento del norte. Fue tanta mi satisfacción, que no pude evitar compartir una carcajada triunfal antes de marcharme a por otra suculenta alma; es lo que tiene ser el príncipe de la noche, un cazador de almas; el amo y señor de la oscuridad.

—Señorita… —Di un respingo al sentir aquella mano huesuda sobre mi hombro.

—Lo siento, perdí la noción del tiempo.

—Es lo que tiene ser amante de la lectura, no se preocupe, pero debo pedirle que abandone la biblioteca, el horario de atención al público terminó hace horas. —Algo en la sonrisa de aquel hombre me provocó un vacío en el estómago.

Cerré el libro y se lo entregué en las manos. Quizá fue mi imaginación, pero por un instante me pareció ver un brillo maligno en aquellos ojos oscuros, sin mencionar el estremecimiento que el roce de aquellos dedos me provocó en la piel; así que asentí y sin más dilaciones abandoné la biblioteca.

Eché a andar atravesando la calle hacia la acera de enfrente. Imágenes de la reciente lectura, en la que había estado sumergida, comenzaron a invadirme sin cesar y un miedo atroz empezaba a palpitar en mi interior.

«No mires atrás», pensé, pero mi cuerpo no obedeció a mi mente.

Palidecí echando a correr y sin dar crédito a aquel instante, comprendí que había tenido entre mis manos el preludio de mi propia muerte.

Comentarios

6 respuestas a «DEJAVÚ»

  1. Avatar de Jessica Galera
    Jessica Galera

    Me encanta, Halena! Me parece fascinante la manera en la que atrapas al lector. Chulísima la forma de meter los tres títulos, la esencia de cada uno en el relato.
    Una vez más te doy las gracias por participar. Creo que ya te lo he dicho alguna vez: me enamora tu narrativa, el tipo de historias que creas son tan de mi gusto… ¡Gracias, guapísima!

  2. Avatar de Lehna Valduciel

    Gracias a ti, no tienes idea, pero tus desafíos para mí son una bendición. te abrazo fuerte en la distancia y me alegra si te gustan, es lindo saber que alguien más disfruta con lo que sale de mi cabecita.

  3. Avatar de vitolosa
    vitolosa

    Cómo me ha gustado. Un placer leerte.
    Saludos.

    1. Avatar de Lehna Valduciel

      Muchísimas gracias por leer y sobre todo por compartir tus impresiones. Saludos. 🙂

  4. Avatar de JascNet

    Precioso, Lehna.
    Poético, siniestro, misterioso.
    Muy idóneo para estas fechas.
    Es un placer leerte.
    😍😍😍

    1. Avatar de Lehna Valduciel

      Mil gracias por leerme y por compartir tus impresiones. Me alegro mucho si te gustó. 🙂
      ¡Un abrazo!

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