
Arthur Hunter es tan atractivo. De los mejores que he podido habitar hasta ahora. Tan frío y calculador… tan inteligente. No resulta lo bastante cruel para mi gusto; da igual, incitarlo no será tarea difícil. Avivar su sed de sangre, tampoco. En realidad, aunque lo niega por ese afán de pertenecer, en el fondo de su alma subyace el deseo curioso de probar. Esta noche será su gran debut; yo me encargaré de guiarlo.
—Venga, no te hagas de rogar… —Filtro el pensamiento en él con sutileza.
Obediente, desvía la mirada. El sofisticado sobre rojo destaca de entre toda la correspondencia apilada en su bandeja. Titubea; eso me fastidia. Qué manía tiene de planificar cada paso. Su necesidad de control me aburre.
Impongo mi voluntad a la suya. Me gusta el tacto de aquella cartulina entre los dedos. La anticipación me hace salivar como un lobo hambriento.
«147 W. 33th St. Séptima Avenida y Broadway, Manhattan, NY 10011»
Percibo la excitación que le hormiguea en las entrañas. Sonrío; él curva la comisura de su tentadora boca. se guarda la invitación. «menudas fiestas carnestolendas nos vamos a dar». Me aseguro de que no perciba mi pensamiento.
Otro sobre llama su atención. Utiliza el abrecartas. Las hojas quedan inertes sobre el escritorio. Lee con avidez. Observo su reacción. No intervengo en la marea de pensamientos que van y vienen, pese a la evidente perturbación que le roba el sosiego. Quizá sea el empujón que necesita. Vuelve a leer: Trastorno antisocial de personalidad, personalidad sicopática»
La cólera, efervescente como lava ardiente, se abre paso. Estruja cada hoja mientras evoca una imagen que despierta mi lívido. Se pone duro, buena señal. Me satisface que por fin libere su verdadera esencia.
—¡Eso! Recréate con el miedo impreso en sus pupilas; paladea el exquisito sabor que obsequia provocar el dolor más insoportable; regocíjate con el aroma del poder que brinda planificar cada muerte —celebro inyectando imágenes evocadoras de mi propia cosecha en su mente—. Primero nos ocuparemos de la zorra que no quiso abrirse de piernas para ti, luego iremos a por esa terapeuta mediocre. Verás qué festín nos vamos a dar mientras jugamos a ser Dios. —Decido por él; en realidad no importa porque tarde o temprano lo haría caer en mi red.
Arthur sale de su oficina. Mientras conduce sigue recreándose con lo que ocurrirá esta noche. Mi deseo y el suyo se entrelazan. Detenido aguardando el cambio del semáforo se toca; sigue duro. Se relame. Un hombre disfrazado cruza por el paso de cebra. Sus miradas coinciden. Aquel disfraz del Jocker es ideal para nuestros fines. Apruebo su selección. Mi aprendiz suelta una carcajada. La excitación me subyuga. Esta noche será la iniciación perfecta. No albergo la menor duda.
Este relato ha sido escrito para participar en el Va de reto febrero 2021 propuesto por Jose A. Sánchez en su blog.
La condición esta vez era inspirarse en una de las imágenes propuestas y crear un villano malo malote. Yo he escogido al Jocker.
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Gracias por estar allí y darle la oportunidad a esta historia. Un abrazo grande y fuerte.
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