Vilarsad: La maldición del circo de la bruma

Tiempo de lectura estimado: 7 minutos
Un hombre con cabeza de calabaza de Halloween de ojos y boca llameantes sentado en una silla. Detrás se ve una pared con varias manos pintadas. en la pared un cuadro ladeado muestra un paisaje campestre.
Imagen libre de derechos tomada de pxfuel

Prólogo

Vilarsad, 1723.

Se asomó por el ventanuco de la pequeña habitación que ocupaba. En realidad, era el ático de la casa; pese a su reticencia, cuando cumplió los quince su padre lo acondicionó para que ella pudiese tener su propia habitación. Desde allí podía observar el cielo y el manto de estrellas; imaginar formas con las nubes y tratar de adivinar qué figuras se podían ver en los manchones de la luna. Miriam tenía una imaginación demasiado prolija y una curiosidad desbordante. Por eso vivía metida en problemas y era más el tiempo que pasaba castigada que el que disfrutaba fuera de su habitación con sus hermanos y el resto de chavales del pueblo. Nunca le importó demasiado, hasta que le negaron asistir al circo que recién había llegado y se había instalado en el descampado que había tras las plantaciones de calabazas. El circo ya llevaba casi tres semanas y ella todavía no había podido asistir.

El deseo por descubrir qué tenía que ofrecer aquel circo se vio acentuado luego de escuchar aquella rara conversación entre sus padres.

—No debiste autorizar que se instalasen allí, Mario.

—¿Qué querías que hiciera? Sabes bien que Julian y Soraya nos habrían delatado. Es mejor eso que dejar solos a Miriam y los gemelos.

—Como sigan así nos descubrirán igual, ¿es que no lo entiendes? Ellos terminarán por llevársela, Mario. No podemos permitirlo.

Miriam los observaba desde la baranda de la segunda planta agazapada entre las sombras.

—Me han jurado que se marcharán después de Samhain, cariño.

La jovencita vio a su madre aferrada a la camisa que su padre siempre usaba los domingos.

—¿Les crees?

El padre guardó silencio. Los gemelos comenzaron a gritar. El estruendo podía escucharse en la primera planta. Miriam salió disparada hacia el ático. Esperaría a que el sol terminase de esconderse para emprender la aventura de su vida: descubriría el misterio que se ocultaba entre los integrantes del «Circo de la Bruma».

***

Salió descalza con los zapatos en la mano. Pasó frente a la habitación de sus padres. La respiración suave y acompasada le sirvió de señal; se habían dormido. Bajó las escaleras con mucho cuidado de evitar los escalones que crujían; ya en la planta principal se dirigió a la cocina. Por fortuna era menuda y pudo escaparse por la portezuela de Calígula, el gato que su padre le había regalado hace dos navidades. Le costó salir; ahora, cumplidos los quince había desarrollado curvas que antes no tenía.

La brisa soplaba traviesa trayendo consigo el aroma a tierra, humedad y algo más que no supo descifrar. Atisbó a lo lejos una columna de humo que se alzaba hasta fundirse con las nubes plomizas que envolvían la luna opacando su fulgor.

Avanzó con tiento entre las plantas de calabazas. A medida que se acercaba al descampado el ruido habitual de las criaturas nocturnas se atenuaba y el coro de voces masculinas y femeninas se hacía más notorio. Dio un respingo gracias a un conejo que saltó sin que lo hubiese advertido. Se tapó la boca para ahogar la risita que estaba a punto de escapársele. No quería advertir de su presencia a los miembros de aquella singular agrupación. Se detuvo en el linde de la plantación. Desde suposición apenas alcanzaba a ver las carretas y parte de la  lona de la inmensa carpa dónde, de seguro, se realizaban las funciones más importantes.

Caminó con cuidado rodeando todo el descampado. Todo aquel montaje era fascinante. Ahogó un grito y clavó los talones en el suelo al encontrarse de frente con un gran cartel que anunciaba a víctor el hechicero oscuro. Se reprochó ser tan tonta por asustarse con un simple cartel, aunque en el fondo tenía que reconocer que aquel hombre tenía una mirada insidiosa y una sonrisa siniestra.

Miriam se adentró aupada por el coro de voces que se hacía cada vez más nítido e hipnótico. Se detuvo al ver al grupo de personas alrededor de la hoguera. Al fondo, un hombre vestido con una túnica oscura permanecía con los brazos alzados en dirección a la luna.

—Aquí en este día y a esta hora invocamos tu poder;
escucha nuestra plegaria, madre de la oscuridad, señora de las tinieblas.
Sangre te ofrecemos; ábrenos la puerta de tu reino;
en este Samhain muerte por vida te hemos de entregar,
para que en la tierra la oscuridad pueda reinar.
Hágase nuestra voluntad.

Las llamas de la hoguera se elevaron en una columna dorada que obligó a la jovencita a recular de la impresión. Las voces subieron de volumen; los cuerpos se balanceaban al ritmo de la salmodia y los tambores que sonaban en un sonsonete frenético.

El hombre se volvió. Miriam se quedó muda de la impresión al ver aquellos ojos rojos dirigirse hacia ella. Las voces se acallaron al igual que la percusión. Los presentes se volvieron a mirarla. Pudo reconocer a algunos habitantes del pueblo. El hombre descendió del podio. En su mano izquierda algo destelló con demasiada rapidez.

—Bienvenida, querida Miriam. Esperábamos por ti.

Los presentes articulaban su nombre en voz baja formando una cacofonía gutural que le puso la piel de gallina. Sin pensarlo echó a correr.

El viento aulló y las nubes se arremolinaron de nuevo en torno a la reina de la noche. La oscuridad se volvió insondable. A Miriam el corazón le martillaba en el pecho y el miedo se le enraizaba en las entrañas. Tropezó y cayó de rodillas. El ruido de unas alas la hicieron volverse. La jovencita palideció al ver al hombre lanzarse desde el aire cuchillo en mano hacia su posición. Las enormes alas rojas como la sangre se desplegaron en toda su magnificencia. Miriam gritó y se cubrió el rostro con el antebrazo. Un dolor agudo e insoportable le robó el aliento. La última gota de vida abandonó su cuerpo acompañada de una risa siniestra.

***

El payaso recorría las callejas del pueblo repartiendo los volantes para la nueva función del fabuloso Circo de la Bruma. A todo pulmón anunciaba su nueva atracción.

—¡Hoy no os podéis perder la grandiosa presentación de la niña lobo! ¡La única en su especie, la feroz niña licántropa! ¡Esta noche disfrutaréis de una presentación inolvidable! Acercaos, señoras y señores, a la gran función del único e inigualable «Circo de la Bruma».


SinOpsis

Eva Maneiro es una estudiante de antropología brillante y de mente abierta que centra su trabajo de fin de grado en el estudio de la influencia que tuvo el circo en la conducta de las sociedades antiguas. En pleno siglo XXII la diversión se ha centralizado en el uso de la tecnología en ambientes de realidad virtual. Todo se basa en hologramas y redes neuronales.

Aunque el doctor Víctor Ruiz, su tutor, no está de acuerdo, Eva decide investigar sobre la leyenda de un pequeño pueblo casi apartado de la civilización en el que funcionó por muchísimo tiempo un afamado circo llamado «el Circo de la Bruma».

Obsesionada por descubrir qué ocurrió con aquella atracción, Eva decide viajar al pasado y consultar de las fuentes directas lo que ocurrió la noche del 31 de octubre de 1823 cuando se llevó a cabo la última función.

Lo que Eva no sabe es que sus antepasados están íntimamente relacionados con el final de aquel entretenimiento y el destino de los habitantes de Vilarsad.

Un viaje en el tiempo; un pasado oculto, la magia más oscura que jamás se haya conocido y un fallo en los cálculos harán que Eva viva en carne propia el terror de la peor noche de Samhain.

¿Podrá Eva salir indemne de su investigación? O quedará atrapada en una época a la cual no pertenece y en la que cualquier desliz puede conducirla a la muerte.


Este relato fue escrito para participar en el desafío literario de octubre propuesto por Jessica Galera Andreu.

Puede que de aquí surja alguna novela, quién sabe.

Comentarios

3 respuestas a «Vilarsad: La maldición del circo de la bruma»

    1. Avatar de Lehna Valduciel

      ¡Hola! gracias por pasarte por aquí. Un abrazo y me alegro si te gustó.

      1. Avatar de JM Vanjav

        Sí, muy acorde con la propuesta de Jessica, y de nada; a ti por publicarlo 😁🖐🏼

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